Doctor López-Gatell: Chingue usted a su madre. 

Hugo López-Gatell, el epidemiólogo más famoso de México, lleva en su espalda “oficialmente” 900 muertes de niños en nuestro país -sin contar los más de 330 mil personas que perdieron la vida desde el inicio de la pandemia hasta hoy-.

Hace unos días, durante la mañanera del presidente, quien por cierto celebró con enorme sonrisa la “casi” desaparición de la pandemia (Uff); el médico Gatell, aseguró que los niños -sobre todo los menores de 1 año- “difícilmente enferman de Covid” y no solo eso, dijo también, con esa desfachatez que le acompaña, que son “mínimos los casos de bebés que han sido hospitalízanos por el virus”. 

Yo, tengo otros datos. 

Hace un par de semanas, mi hijo Matías, de casi 11 meses de nacido entonces, sufrió una insuficiencia respiratoria aguda, acompañaba de inflamación de laringe, tráquea y obviamente pulmones.  A las pocas horas -para nosotros eternas- de ingresar al hospital al área de urgencias, con un color verdoso, desvanecido y una saturación que apenas alcanzaba el 60 por ciento, fue diagnosticado con COVID.  Aunque dónde se contagió es para mí lo de menos, cabe destacar que ni yo ni su padre salimos, en ese momento, positivos. 

“Tendrá que quedarse, está muy grave” fueron las palabras de su pediatra. Yo, con la angustia que solo tienen los padres al ver a sus hijos enfermos y luchando entre la vida y la muerte, acepté todas las condiciones del protocolo establecido en el hospital. 

“Debes quedarte con él y ahí dentro -en el piso COVID- te contagiarás seguramente”, dijo el doctor sin rodeos. 

Matías y yo, fuimos ingresados a la cápsula de traslado de pacientes contagiados. Esa especie de ataúd de plástico, sin ninguna ventilación, con máscaras de oxígeno y tanques que viajan en tus pies.

Yo cargando a mi hijo, pegado contra mi pecho, consolando su llanto e impidiendo arrancara la mascarilla que le ayudaba a respirar. En escasos 5 minutos llegamos al cuarto, que se convertiría   en el testigo de la lucha de un bebé por vivir y la desesperación de una madre por no poder hacer nada. 

Ocho días duró nuestro infierno. 

De acuerdo a datos del propio pediatra, durante enero y mitad de febrero de este año, el piso 5 del hospital, adaptando desde 2019 para enfermos COVID. Él, el pediatra, atendió a 7 bebés menores de 1 año por SARS-CoV-2.  Más de la mitad de ellos con consecuencias quizá irreversibles, miocarditis -inflamación del corazón-.  Otro de los pequeños registró perforación pulmonar y aunque todos han salido con vida, no corrieron con la misma suerte de Matías. 

¿Dr. López Gatell, entonces la historia de Matías -mi historia - es un caso de esos “rarísimos” que menciona, porque usted insiste como especialista que los bebés no se enferman de COVID? 

Deseo, en verdad que se lo deseo, que nunca se vea en este espejo y que su hijo recién nacido, no se contagie nunca de COVID. Porque desearle lo contrario, sería miserable de mi parte, tan miserable como sus declaraciones. 

¡Ah! solo una cosa doctor López Gatell: CHINGUE USTED A SU MADRE