María Fernanda Galicia Aguilar se ha negado a seguir un camino predeterminado. A sus tres años fue diagnosticada con sordera severa profunda y su comunicación parecía destinada a ser mediante el lenguaje de señas; pero no fue así. Aprendió a leer los labios. Antes de responder cómo se siente al recibir de la BUAP su título como licenciada en Diseño Gráfico, esboza una enorme sonrisa y expresa con palabras lo agradecida que está con sus profesores, compañeros y con la universidad que la formó.

De manos de la rectora María Lilia Cedillo Ramírez, obtiene el título que representa la culminación de uno de sus sueños, pero también una forma de romper esquemas, ya que de acuerdo con cifras oficiales, en México sólo 21 de cada 100 personas con debilidad auditiva, de entre 3 y 29 años van a la escuela, y de éstos casi la mitad llega a la primaria.

Apasionada del dibujo y del arte desde que era niña, María Fernanda reconoce que entre los mayores desafíos que enfrentó al estudiar una licenciatura fue la comunicación, pues debió estar siempre al pendiente del rostro de los profesores para leer sus labios y comprender; también, el reto de expresar sus ideas y de trabajar en equipo con sus compañeros. No obstante, admite que a pesar de esta dificultad los docentes fueron comprensivos y la apoyaron.

“Siempre buscaron dirigirse a mí, de igual forma mis compañeros me ayudaban mucho, la verdad es que tuvieron mucha paciencia. En especial estoy muy agradecida con el coordinador de la carrera, el maestro Benjamín Dueñas, por todo su apoyo y por estar siempre al pendiente”.

Fernanda Galicia, con 27 años, se titula por promedio; siempre ha sido una estudiante responsable y ahora su expectativa es obtener un trabajo en el que la acepten con su discapacidad y así lograr una estabilidad económica para seguir siendo el orgullo de su madre, quien siempre la acompaña y apoya.

“Nosotros queremos aprender de las personas, de las empresas, queremos ser respetados y que nos brinden una oportunidad para trabajar. Me gustaría experimentar otras cosas, tomar cursos y seguir preparándome en la ilustración”.

El logro que obtuvo María Fernanda no sólo es de ella, también es de su familia y de sus profesores, quienes también enfrentan retos al tener alumnos con algún tipo de discapacidad. En la carrera de Diseño Gráfico de la BUAP, al menos nueve estudiantes desde el 2017, incluyendo a María Fernanda, han ingresado con esta condición.

Al respecto, el coordinador de la carrera, Benjamín Dueñas Zambrano, refiere que para los docentes es un reto, ya que no siempre están preparados para atender a estudiantes con alguna discapacidad. No obstante, con el trabajo coordinado, la disposición y la solidaridad, se obtienen buenos resultados.

“Partimos a veces de estereotipos de cómo es la sordera, pero hasta que la experimentamos nos damos cuenta de las problemáticas y las necesidades que tienen los alumnos, porque no todos son iguales; hay variantes, por ejemplo, Fernanda es sorda señante y con auxiliares auditivos puede leer los labios, pero tenemos otras dos chicas que no hablan y otros más que implica una diversidad”.

María Fernanda, al igual que sus compañeros y otros egresados de la BUAP con diversas discapacidades, han experimentado la inclusión, además de un trato digno y humano como parte de los compromisos que asume la universidad con la sociedad a la que se debe.