“Se llevó a mi hijo, lo secuestró. Estoy desesperada”, son las primeras palabras que me dice Nay cuando nos abrazamos.  

Minutos antes de iniciar la entrevista, tomamos un par de cafés para que se tranquilizara. 

Hace un mes que no ve a su hijo de 2 años porque se lo llevó David, el padre, su ex pareja. 

“Fue un robo” me dice entre lágrimas. “Lo único que quiero es que me lo regrese”, advierte tapándose la cara y culpándose de lo sucedido. 

8 de cada 10 mujeres en México sufren violencia psicológica y física. Nayeli no es la única que vive el peor de los infiernos, que te roben a tu hijo. Eso me hace pensar es las miles de mujeres que diariamente viven lo indeseable y que a pesar de ello deben seguir adelante mientras todo vuelve a la calma. 

La historia de Nay es el reflejo de muchas más y la prueba fehaciente de que las redes sociales no muestran en exactitud lo que es nuestra verdadera vida, nuestros verdaderos infiernos. 

Solo quienes han estado ahí saben que la violencia inicia con un juego de manipulación emocional y que puede terminar en la peor de las tragedias.

La entrevista

Leticia Torres (LT): ¿cómo estás?

Nay Salvatori (NS): Mal, me asustada.

LT: ¿Qué pasó? Cuéntame, ¿cómo empezó todo?

NS: Bueno, pues él (David Serna), el 12, me parece de septiembre, yo ya teniendo la guardia y custodia, me violenta, me salgo del domicilio en el que vivíamos en Ciudad de México, me llevó a mi hijo, obviamente, y él, por lo que entiendo, me está estudiando durante días en Puebla, se viene para acá. Y un día, en contra esquina de Plaza Las Glorias, que es muy cerca del domicilio de mis papás, donde yo me estaba quedando, voy al Oxxo con mi hermana, con una persona de mi equipo, mi sobrino y mi hijo David. Entonces, abro el refri del Oxxo para ver lo que iba a comprar y veo que alguien se acerca a esta persona que me ayuda, que se llama César, y veo que le empieza a arrebatar a mi hijo. Me doy cuenta que es David, salgo corriendo, él sube de inmediato al niño a su camioneta. Y entonces yo lo empiezo a agarrar para que no se lleve a mi hijo, para que no logre subirse a la camioneta y llevárselo. Y bueno, estaban unas amigas ahí casualmente y les grito que le hablen a la policía. Afortunadamente, ahí estaba la Guardia Ciudadana, la Guardia Ciudadana le habla a la policía, llega la policía, me preguntan qué pasaba, les cuento que yo tengo la guarda y custodia.

Pido que vayan de inmediato a mi casa porque ahí tenía el documento, lo muestro y es en donde a él lo arrestan y lo tienen detenido por 72 horas. Ya iba a firmar prisión porque él, al amenazarme, pues materializó, digamos, las amenazas.

LT: ¿Ya te había él amenazado con que te iba a robar al niño?


NS: Sí, o sea, él me dijo y siempre me forzó a firmar un convenio de guardia y custodia donde yo se la otorgaba a él, él me tenía amenazada; incluso, amenazada de muerte, que si no le firmaba la guardia custodia me lo quitaría. 

LT: ¿Y la firmaste? 

NS: No, nunca la firmé, jamás la firmé. De hecho, él me avienta mis cosas, que es lo que muestro en el video que se hizo viral, donde salgo a denunciarlo, donde me avientan mis cosas a la calle, y ahí procede como violencia intrafamiliar y ya me otorgan la guardia de custodia de mi hijo. Entonces, él, aun sabiéndolo, me trató de sustraer al niño y de ahí no pararon las amenazas, hasta que cuando estuvo encerrado, él firmó un acuerdo ante Fiscalía de Buen Comportamiento.

LT: Fiscalía de aquí, de Puebla. 

NS: Sí.

Y yo en esa buena voluntad y en el afán de convivencia, cuando veo su cambio, él me dice que está yendo a terapia, le digo: Okey; te dejo al niño cuatro días para que convivas con él. 



LT:  Pero a ver, espérame, Nay, cuando él sale de la cárcel, sale porque tú cedes.

NS: Sí, yo cedo. 

LT: ¿Por qué cedes? ¿qué pasó? O sea, ¿qué te hizo retractarte?

NS: Pues, la verdad, el confiar en él, porque él habló conmigo, me dijo que estaba muy mal, que estaba arrepentido de todo lo que había hecho. Yo cedo porque dije: Al final no quiero que el padre de mi hijo esté en la cárcel, yo quiero que mi hijo crezca en un ambiente sano. Y al final, como seres humanos, quise darle otra oportunidad a él, no como mi pareja, como papá de mi hijo, de que hiciera las cosas bien. Y aparte, yo estaba confiada en que tenía la guardia y custodia, en que le había firmado un convenio de buen comportamiento de trabajo social, de terapia, y es ahí en donde le doy ese voto de confianza.

LT: Y luego, él te pide el niño prestado para pasar unos días con él.

NS: Así es. 

LT: Y entonces, es cuando... ¿Tú se lo prestas? 

NS: Se lo presto y es cuando se lo lleva a Chihuahua sin decirme. Ya me dijo ya que estaba en el aeropuerto, él me comenta que quería ver a sus papás de todo lo que había pasado. Le dije: Okey. Y a partir de ahí, nunca me dio fecha.

LT: ¿Eso cuándo fue? ¿Cuándo se llevó al niño? 

NS: hace un mes. Y de ahí, todos los días yo le preguntaba que cuándo me lo iba a entregar. De hecho, tengo todos los WhatsApp y no me contestaba. Me contestaba cada hora, cada cuatro horas me mandaba una foto, no me contestaba lo que yo le preguntaba. Hasta que la última vez le dije: Bueno, cuando... Quedó de entregármelo el viernes 11 de octubre Me dijo que llegaban ese día ya de madrugada. Me sale con el cuento de que perdió el vuelo dándome muchas largas. Y ahí es donde ya empiezo a sospechar que no me lo iba a entregar. Y apenas el fin de semana pasado le digo: ¿Cuándo me lo entregas? Y me dijo: Si lo quieres ver, habla con mis abogados. Ahí fue donde dije: Ya no hay manera. Y todos los días le decía: La guardia y custodia es mía; no te busques problemas, yo confiaba en ti, esto es grave, no quiero que vayas a prisión, tienes un hijo, tal, y pues no le importó.

LT: ¿Cuánto tiempo estuviste con él como pareja?

NS: Seis años.

LT: Y en esos seis años, antes de que entraras en esta desafortunada situación , ¿cuándo empieza a dar muestras de violencia?

NS: Sí, cuando empezamos a vivir juntos. Es más, desde que estaba embarazada.

LT: ¿Fue un embarazo planeado? 

NS: Sí, pero cuando él se entera, me desconoce, me dice que por qué no me había cuidado. Le dije: Bueno, a ver, en eso habíamos quedado, que íbamos a buscar un bebé. ¿Tú me dijiste que querías ser papá? Y me dice: Pues sí, pero quién te dijo que contigo. O sea, desde ahí yo dije: Cómo, ¿no? Me habías dicho una cosa y luego era otra. Total, que ya después me dice: No, sí quiero tenerlo, y yo en ese afán de decir: Bueno, a lo mejor estaba asustado, no es una noticia fácil de digerir. Y es ahí en donde me dice: Bueno, tenemos al niño, pero con la condición de que la guardia y custodia siempre sea mía. Me decía en ese afán de no batallar, porque si nos separamos, yo no voy a estar batallando ni viajando a Puebla para ver mi hijo, entonces me lo quedo yo.


LT: ¿Nunca reparaste en porque él pensaba en una posible separación? 

NS: No. La verdad es que yo confiaba en él. ¿Lo veías normal? No normal, pero no pensé que fuera cierto lo que dijera. Yo no pensé que realmente quisiera materializar esa advertencia.

LT: Ahí empieza la violencia verbal.

NS: Ahí empieza la violencia verbal y durante dos años, si hubiera un momento momentos buenos, momentos malos, pero cuando las cosas se hacen más grandes es cuando yo me voy a campaña, que obviamente tengo que pasar más tiempo y es ahí en donde empiezan ya los enfrentamientos, con celos tontos, absurdos y entonces empieza la violencia física.

LT: ¿Te pegó?

NS: Pues sí, empujones, en algún momento patadas. Sí, amenazas siempre con correrme de la casa. Me decía que si no me gustaba me largara, me aventaba mis cosas, las tiraba y hasta que por fin lo hizo, que fue cuando va, agarra todas mis cosas yo estando en Puebla en campaña y me las vino a ventar.

LT: ¿Ahí ya estaban separados, Nay, como pareja o todavía no?

NS: No, estábamos como en conflictos, pero no como tal, separados. Digo, tan no que todavía mis cosas estaban ahí.

LT ¿Y tú ibas y venías?

NS: Sí, o sea, cuando tenía (...) Me buscaba espacio para poder ir a verlo, o yo me traía mi hijo y lo iba a dejar para que lo viera. O sea, la que se movía siempre era yo. Incluso había veces que yo salía de hacer campaña a las diez de la noche y me iba a pasar la noche con ellos a México para ver a mi hijo y a las ocho de la mañana yo estaba de regreso en Puebla a campaña.

LT: Las veces que te agredió verbal, físicamente, ¿qué pasaba después? 

NS: Me pedía perdón, me decía que iba a cambiar y yo le creía.

LT: ¿Él alguna vez viste o pensaste o supusiste que ingiriera algún tipo de droga o alcohol o algo que detonara todavía más su violencia?

NS: No, él es de por sí una persona reaccionaria. Y bueno, pues me doy cuenta que él así era, porque incluso su mamá me lo decía: Él es así. Es alguien que no tiene límites. Pero yo ya estaba ahí, metida en una relación codependiente.



LT: ¿Tienes miedo, Nay? 

NS: Sí. 

LT: ¿Le tienes miedo a él? ¿O a qué le tienes miedo?

NS: Tengo miedo de no ver a mi hijo. Confío en el proceso legal, pero sí tengo miedo que haga algo. 

LT: ¿Ya te amenazó de muerte?

NS: Sí.

LT ¿Cómo fue?

NS: Me decía que si yo le quitaba a su hijo prefería hacerme algo a mí y en algún momento me decía que hasta hacerse algo él.

LT: O sea, también te amenazaba con quitarse de la vida.

NS: Sí.

LT: ¿Qué sigue, Nay? 

NS: Pues, sigue a actuar por medio de la justicia, esperar a los tiempos legales y también yo estoy apostándole a que entre en razón, porque es un tema muy grave en el que se está metiendo y yo se lo dije

LT: ¿Ya No tienes comunicación con él?

NS: Cuando yo hago lo que estoy viviendo, me bloquea de las redes, me bloquea de todos lados, me bloquea de WhatsApp, que es la principal vía de comunicación para saber de mi hijo. 

LT: ¿Temes por la integridad de tu hijo?

NS: Claro, por supuesto, porque no sé cómo lo estén cuidando.

LT: ¿La vida de tu hijo corre peligro?

NS: No sé. No sé. Porque no sé qué vaya a hacer. No sé si ahorita se quiere escapar, no sé qué quiere hacer, no lo sé.

LT: ¿Él puede sacarlo del país?

NS: No, hay ya una alerta migratoria. Desde agosto.

LT: lo que hizo es un delito

NS: Sí, claro, porque este es un secuestro. Al perder comunicación con él, total, y no saber nada de mi hijo y no saber dónde está, por supuesto, es un secuestro.

LT: Y si la denuncia procede por secuestro, ¿Nay, estás consciente de lo que le va a pasar a él legalmente?

NS: Sí. Todo tiene consecuencias y no se puede jugar con la estabilidad emocional de un menor.

LT: ¿Qué le dirías a él en caso de que lea o escuche esta entrevista?

NS: Que reflexione, que está a tiempo de poder enmendar su camino, que, si ahorita está aferrado a estar con su hijo, si él recibe ya la sentencia por secuestro, pues menos lo va a poder ver. Que no le dé este ejemplo, este mal ejemplo a su hijo, ni este mal futuro, que todavía hay posibilidad de que él haga las cosas bien y que, si él me devuelve a mi hijo, no vamos a proceder, pero tiene que actuar ya de buena fe.

El chat con David 


Nota


Al terminar la entrevista, Nayeli me muestra el video -que será publicado por ella misma en sus redes - del primer intento de secuestro por parte del padre de su hijo. Debo admitir que son imágenes terribles y desgarradoras que muestran solo una parte del infierno que hoy Nayeli vive al igual que miles de mujeres en nuestro país. El objetivo de la entrevista no es re victimizar a la también diputada local sino sumarnos a su grito de ayuda y solidarizarnos con ella y con todas aquellas madres que hoy viven separadas de sus hijos y que por cuestiones ajenas a ellas han esperado meses o incluso años para recuperar el derecho fundamental de estar con ellos.