El profesor Guillermo Aréchiga es un político camaleónico. En su momento fue un fiel un devoto de la profesora Elba Esther Gordillo, de ahí su acercamiento con el morenvallismo; posteriormente, se incorporó a la administración de Tony Gali y, en los últimos años, se subió al barco de la 4T; incluso, se coló al gabinete de Miguel Barbosa.
Sin embargo, defraudó al gobierno de Puebla y salió por la puerta trasera. Traicionó los mandatos del lopezobradorismo.
El día de ayer, la Fiscalía General del Estado dio cumplimiento a una orden de aprehensión contra el ex secretario de Movilidad y Transporte, por presuntos hechos de corrupción.
La detención ocurrió al filo de las 22 horas en la carretera federal Atlixco-Izúcar de Matamoros, en el municipio de Atlixco, este lunes 28 de febrero por elementos de la Agencia Estatal de Investigación.
A nuestro personaje se le acusa por el delito de corrupción debido a la supuesta entrega ilegal de concesiones del transporte público y la venta del equipamiento para mejorar las unidades, situación por la que fue destituido de su cargo el 11 de marzo de 2021, en medio de acusaciones de actos de extorsión cometidos en Acatlán, Atlixco, Tehuacán, Cholula y Ajalpan.
Los agentes de la corporación pondrán al exfuncionario a disposición de un Juez de Control, lo cual fue asentado en el Registro Nacional de Detenciones.
El chapulieno es lo suyo
Aréchiga hizo y deshizo en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), fue diputado federal del PRI en la LIX legislatura y legislador local por el PAN de 2011 a 2014.
En 2018 renunció al PAN para contender por Morena como diputado federal y en 2019 pidió licencia para integrarse al gabinete del actual gobernador Barbosa Huerta.