Alejandro Moreno, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional, estuvo en Puebla y se envalentonó ante la embestida del gobierno federal.
“Desde aquí le decimos a Morena que no nos van a doblar, que vamos a seguir de pie. La democracia debe fortalecerse e impulsar programas para que la gente tenga mejores oportunidades de vida”, afirmó el ex gobernador de Campeche, al señalar que hoy no hay empleo, la canasta básica está por los cielos y la inseguridad ha cobrado más de 123 mil vidas.
Argumentó que la coalición Va por México es la fuerza para detener a Morena y ganarles el 2024, al anticipar que se ganará con claridad en Coahuila y el Estado de México en el 2023.
En un encuentro con la militancia priista de Puebla, que cerró filas en su apoyo y le gritaba “No estás solo” frente a la persecución política en su contra, el dirigente nacional del tricolor dijo que el gobierno de la República y Morena quieren distraer la atención de los mexicanos y hablan de otros temas, y no de los temas que le importan a los ciudadanos.
Por ello, aseguró el líder nacional del PRI, “nunca nos van a callar. Este es un gobierno que le tiene miedo a la democracia. Los ciudadanos lo saben. México no vive tiempos de normalidad democrática. El país no va bien. No hay resultados. Tenemos un gobierno federal insensible. Tenemos la enorme responsabilidad de levantar la voz”.
Alejandro Moreno señaló que los priistas “no nos podemos quedar callados ante un gobierno antidemocrático y ante quienes nos calumnian, nos difaman, nos persiguen. Todos los días nos amenazan. Nos amenazan de muerte y todo mundo lo sabe”.
Destacó que los ataques en su contra y contra el PRI comenzaron “cuando dijimos que no a la reforma eléctrica, cuando dijimos no a la reforma electoral, porque destruye la democracia. Y a partir de todo eso, salieron unas encuestas hace unas semanas. Después de tres meses, lo que nos han hecho, es ayudarnos. Salimos arriba en la Ciudad de México. Si hoy fueran las elecciones, la coalición Va por México gana la Ciudad de México”.
Expresó su reconocimiento a las militancias del PAN y del PRD, y a los dirigentes de ambos partidos, Marko Cortés y Jesús Zambrano, por su respaldo ante los ataques del gobierno federal, de Morena, y de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores.
A su vez, Néstor Camarillo, dirigente del Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI, consideró que “hoy es tiempo de reconciliar, pero también de alzar la voz por lo que no se está haciendo por el país”, razón por la cual el partido “seguirá siendo una oposición inteligente y responsable” y continuará caminando y llevando la voz de Alejandro Moreno a todos los municipios del estado.
Por su parte, Isabel Merlo, secretaria general del partido en la entidad, señaló que el Gobierno Federal emprende una persecución política contra el dirigente nacional priista, así como con los actores que integran la oposición, a través de servicios de inteligencia y las Fiscalías estatales. Aseguró que desde el PRI se defenderá el sistema democrático y se dará la batalla para ganar las elecciones en 2024.

La persecución
Dice ser un perseguido político. El pasado domingo, el priista denunció haber sido retenido en el área de migración del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Regresaba de una gira por Europa.
Allá, en Ginebra, entregó una carta dirigida a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, en la que se queja del acoso gubernamental contra la oposición.
“Estoy llegado procedente de Francia, en un vuelo aquí a la Ciudad de México, y me informan las autoridades migratorias, después de tenerme varios minutos en esa oficina ahí, llenado documentos y diciéndome que tengo que firmar documentos, que tengo una alerta migratoria. No tengo razón de qué. Estoy aquí en la Ciudad de México. A ver qué otra violación a la ley”, expresó en un video.
Pero este fue solo el episodio más reciente del forcejeo que el presidente del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, sostiene con el Gobierno federal y el partido en el poder y en el que, a juzgar por la semana que concluye, no está sacando la mejor parte.