Septiembre, mes patrio y hoguera de las vanidades
Septiembre, el mes para celebrar el orgullo de ser mexicanos, para enaltecer a la patria y gritar a los cuatro vientos ¡Viva México! ¡vivan los héroes que nos dieron patria y libertad!
Sin embargo, en Puebla, en las últimas tres décadas, la ceremonia del Grito de la Independencia se ha convertido en auténtica lucha de egos entre las autoridades en turno, léase el gobernador y el alcalde de la capital.
El Palacio Municipal es testigo de dichos arrebatos, desde su balcón proclaman las arengas y en donde se cruzan las miradas para marcar territorio. Más de 50 gobernadores han pasado por la historia de Puebla quienes, en su momento, junto a los presidentes municipales de la ciudad, brindaban el tradicional Grito de Independencia.
Pero no siempre es una fiesta, un bacanal, al contrario, es una lucha por el poder.
Foto: Gabriel Hinojosa
El entonces priista Manuel Bartlett convivió en el último tramo de su gobierno con un alcalde ajeno a sus intereses e ideología, Gabriel Hinojosa, cuyos padres fueron fundadores del Partido Acción Nacional.
El primer Grito en 1996 fue un evento de tregua entre panistas y priistas; quienes se reunieron en Palacio para celebrar el mes patrio. “Fue una convivencia austera después de la ceremonia pública se sirvieron vinos mexicanos, nada caros, y tequila Jimador, que en ese entonces era bueno, antojitos mexicanos y nada más”, recuerda Gabriel Hinojosa.
Al año siguiente, fue una celebración fría, la tregua era endeble. Los pleitos y diferencias eran mayores.
El 15 de septiembre de 1998, Manuel Bartlett decidió dar el Grito en Zacapoaxtla, tras dos años de convivencia con el alcalde de extracción panista, Gabriel Hinojosa, la tregua llegó a su fin. La relación entre ambos personajes era irreconciliable; además, era la recta final de ambas administraciones.
Foto: La Jornada de Oriente
Llegó el turno de Melquiades Morales y Mario Marín; sin embargo, el sismo de junio de 1999 marcó ese período, el Palacio estaba en ruinas. Las autoridades dieron el Grito en un templete instalado en la calle 3 Oriente.
En menos de diez minutos, el gobernador hizo los honores a la bandera, tocó la campana, emitió los “vivas” y agitó la bandera.
Foto: La Jornada de Oriente
Uno de los Gritos más desangelados que vivieron los poblanos es el que fue encabezado por Mario Marín Torres y Enrique Doger Guerrero, gobernador y alcalde, respectivamente, pues solo a esta fiesta llegaron ocho mil poblanos en 2006.
Durante los tres años en que les tocó estar presentes a Mario Marín, como gobernador, y Enrique Doger, como presidente municipal de la capital, se respiraba un ambiente de odio, rencor, frialdad, entre ambos personajes que se toleraban lo indispensable.
Llegó el turno de Rafael Moreno Valle y Eduardo Rivera. Uno de los favoritos de la profesora Elba Esther Gordillo se caracterizó por hacerle el feo al alcalde panista.
Sus visitas al Palacio Municipal eran de pisa y corre. Por lo regular, el gobernador salía presuroso del Palacio, sin saludar a ninguno de los invitados; siempre desairó los festejos del gobierno de la ciudad; el motivo, celebrar con los suyos en la zona de Los Fuertes, en un evento exclusivo.
En el primer año compartió escena con el alcalde; sin embargo, no fue de su agrado, al año siguiente su ego fue mayor y mandó a desaparecer del balcón del Palacio Municipal al anfitrión, siempre a empujones; era un duelo de desaires. En el último año de Rivera Pérez, el gobernador Moreno Valle se hizo acompañar de Tony Gali, y ambos ignoraron al alcalde saliente.
Foto: Gobierno de Puebla
Pasaron los años y los tiempos de la 4T llegaron a Puebla; sin embargo, el pleito entre el gobernador y el alcalde en turno persistía.
En 2019, Miguel Barbosa y Claudia Rivera, los protagonistas. Fue una ceremonia austera, acorde a los nuevos tiempos. Incluso, el mandatario canceló el segundo Grito de Independencia en Los Fuertes, tradición instaurada por el ex gobernador Rafael Moreno Valle; de igual forma, se suspendió la cena de gala en Palacio Municipal, donde acudían funcionarios de primer nivel e integrantes de la élite política.
En 2020, el pleito iba “in crescendo”, Barbosa Huerta acudió a Palacio Municipal, Rivera Vivanco dio su propio grito al término del acto protocolario oficial. En 2021, la presidenta municipal dio el Grito, con los suyos, en el zócalo; el gobernador hizo lo propio en Casa Aguayo.
Foto: Gobierno de Puebla
Este año, el gobernador Miguel Barbosa Huerta afirmó que sí acompañará al edil Eduardo Rivera Pérez en la ceremonia del Grito de Independencia, pero no en otro acto público, ya que los líderes estatal y nacional del PAN lo mandaron a hacer proselitismo.
Aseveró que a Eduardo Rivera “lo perjudicaron”, ya que cada vez que se le vea caminar por el estado acumulará violaciones a la normativa electoral, por lo que le sugirió mejor recorrer las juntas auxiliares y colonias populares de la capital poblana.