Para concluir semana, México vivió un nuevo desaguisado con algunos políticos norteamericanos, quienes andan en campaña y desatados.

Todo comenzó el jueves, cuando el senador republicano, John Kennedy, lanzó una serie de injurias contra México, tras decir que, sin Estados Unidos, los mexicanos estarían “comiendo comida para gatos de una lata”. Además, dio a entender que México sin Estados Unidos “no es nada”.

Las polémicas declaraciones se dieron durante la comparecencia de la jefa de la DEA, Anne Milgram; no conforme criticó al presidente Joe Biden por no combatir con su ejército a los cárteles mexicanos y permitir que mueran más estadounidenses por el tráfico de drogas.

“Por qué no llaman al presidente mexicano y le hacen un trato que no podría rechazar para permitir que nuestros militares y oficiales de policía entren a México y trabajen con el ejército para detener a los cárteles”, sentenció.

Estas palabras resonaron en Palacio Nacional y no cayeron en gracia.

Este día, desde el pulpito del Salón de Tesorería, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que su gobierno mantendrá una política de buena vecindad con Estados Unidos, sin embargo, no permitirá insultos racistas y discriminatorios de algunos legisladores del Partido Republicano al pueblo de México.

“Nosotros vamos a seguir manteniendo una política de buena vecindad sin permitir que se insulte al pueblo de México, a nadie se lo vamos a permitir. (…) La política es tiempo y, si ya empezaron así, vamos a ir poco a poco respondiendo. (…) Nada más que sepan que no nos vamos a quedar callados, ni con los brazos cruzados. México es un país independiente, libre, soberano”, subrayó.

“Decirles a nuestros paisanos, a los hispanos, a nuestros amigos estadounidenses que no voten por personas con esta mentalidad, muy prepotentes, muy ofensivos, muy majaderos; que quien tenga un abuelo migrante, un padre migrante o él haya llegado a Estados Unidos como migrante, no puede apoyar estas actitudes”, agregó en conferencia de prensa matutina.

El Gobierno de la Cuarta Transformación, dijo el hijo favorito de Macuspana, continuará el apoyo y defensa de 40 millones de migrantes mexicanos que laboran en Estados Unidos, así como de otras nacionalidades, quienes contribuyen con su trabajo al crecimiento de ese país, contrario a lo que han expresado políticos republicanos a partir de su campaña electoral.

“Todo esto es propaganda y, es mucho decir propaganda, es publicidad, porque la propaganda tiene que ver con las ideas, la publicidad tiene que ver con mercancías, con productos; es publicidad vulgar, ramplona”, expresó.

Foto: Presidencia de México

El mandatario reafirmó que los gobiernos de México y Estados Unidos sostienen una relación de amistad y cooperación, por lo que las recientes declaraciones de republicanos, no afectarán los acuerdos en asuntos de interés común, como la migración y el tráfico de fentanilo.

“No es con el gobierno que tenemos diferencias; es muy buena la relación con el presidente Biden y va a seguir siendo buena, seria, responsable, buscando soluciones; el que se fortalezca a América del Norte, toda América, en lo económico, en lo comercial, en eso estamos avanzando mucho. También en la política migratoria”, enfatizó.

El jefe del Ejecutivo reiteró la importancia de brindar oportunidades de trabajo y estudio en los países de Centroamérica y El Caribe a fin de evitar la migración forzada.

“¿Cuál es nuestro planteamiento? Vamos a ordenar el flujo migratorio, primero que haya trabajo, oportunidades de bienestar en los lugares de origen de los migrantes, de los que deciden emigrar y que solamente la migración sea optativa, no forzosa y se puede lograr con apoyos, eso es lo mejor”, planteó.