¡Que paaaaaaase el desgraciadoooooo! Bueno, físicamente no puede porque está guardadito en San Miguel, pero al menos ya sabe que por ausentarse 30 días, como lo marca la Ley, es motivo para destituirlo y nombrar a quien agarrará el garrote y les dé una buena sacudida a quienes quieran pasarse de la raya.
Tres años fueron suficientes para colmar la paciencia del gobernador, Miguel Barbosa, terminar con su carrera y ser ninguneado por la clase política. Francisco Romero cargará -al menos en este sexenio- con un letrero de “traidor” y “hombre violento”, este último concepto fue el motivo de su detención y encarcelamiento en el Cereso de San Miguel.
En noviembre de 2019 todo era miel sobre hojuelas, Francisco Romero alzaba su brazo para gritar a todo pulmón: sí, protesto. Y así iniciaría un nuevo periodo en la Auditoría Superior del Estado.
Desde su llegada, los rumores no se hicieron esperar, los diputados de oposición criticaban su nombramiento y lo llamaron “el empleado del gobernador”, “premio a su activismo a favor del ejecutivo”, entre otros.
“Será una nueva era…la Auditoría Superior hará su trabajo como se debe en el plano técnico, así como de actuación, y que se quite la imagen de garrote político” al tiempo de rechazar que haya recibido un premio por su activismo a favor de Barbosa Huerta.
Su llegada fue un poco polémica, no solo por el tipo de contrataciones y acuerdos que hacía para el “desempeño de sus trabajadores y la Auditoría”, sino también por tener en sus oficinas varias “mushashonas”, o al menos eso era lo que denunciaron algunos trabajadores, al menos querían darle una buena vista a quienes llegaran a sus instalaciones.
Pero aquí tenemos un orden cronológico de los momentos más polémicos en los que se vio envuelto el ex auditor.
Cuando lo llamaron “culero”
En diciembre de 2019 enfrentó su primera polémica como auditor, todo era tranquilidad y felicidad durante el informe del presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Héctor Sánchez; pero no contaba con la astucia de José Juan Espinosa Torres, quien encaró a Francisco Romero al término del evento y sin más le escupió un: “eres un culero”.
Y como no se iba a encabritar, si la ASE le reclamó la notificación que le hicieron llegar por la revisión de su cuenta pública del 2017 donde se presumía un daño patrimonial de 16.7 millones de pesos.
Luego del reclamo, el ex líder del COE le pidió respeto y no levantarle la voz, ya que “él haría lo que marca la Ley” ¡zas culebra!, el resto de la historia ya se la saben, José Juan sigue prófugo y Francisco, pues ya no se asolea mucho.

Su prueba de fuego
En enero de 2020 se puso a prueba la frase: “a ver de qué lado masca la iguana”. La ASE comenzó el proceso de auditoría a la BUAP, un hecho que fue criticado por la comunidad universitaria y el ex rector, Alfonso Esparza.
La respuesta de Francisco Romero en redes fue: “la autonomía de la BUAP es sagrada y no será violentada” ... y aseguró que los procesos serían con respeto y apegados a la ley extendiendo una invitación al diálogo, tssssss, fue la primera declaración que seguro no cayó bien en Casa Aguayo.
¿Qué dijo el tío Poncho? pues en pocas palabras le hizo cremas y aseguró que era anticonstitucional la auditoría, a lo que Romero Serrano aclaró, de nuevo en redes, que eran los tribunales quienes califican como constitucional o no la revisión de su cuenta pública 2019.
El resto de la historia lo sabemos, la BUAP no soltó prenda y hasta exigieron la destitución de Francisco Romero, un augurio digno de una pitonisa.
Ya sentía pasos en la azotea
En junio de 2020, recibió a los integrantes de la Comisión Inspectora para resolver las dudas sobre los procesos de licitación que llevaban a cabo en la ASE, como un “acto de buena fe para mostrar transparencia y responder, aunque no sea procedente”.
La BUAP contraataca
Y como si fuera parte de una película con un título: “el imperio contraataca”, en octubre de 2020 la BUAP acusó al auditor de recibir moches a través de despachos de auditores externos por cerca de siete millones de pesos, esto como respuesta a las tres denuncias que la ASE interpuso contra Alfonso Esparza.
En ese momento el gobernador defendió a su aliado y hasta lo calificó como un revés del ex rector, y aseguró que el mismo órgano fiscalizador era el encargado de determinar el despacho contable que auditaba a cada órgano.
Peeeero la espinita de la duda ya estaba clavada y poco a poco se hundiría hasta causar una molestia.
Las lanas son las lanas
El 2021 no pintaba nada bien para el auditor, solo para quedar como payaso; el encargado de revisar cuentas públicas, decidió ocultar su patrimonio ¡al menos la transparencia no era el fuerte de Francisco Romero!, y bien dice el dicho: lo que hace el mono grande, también lo hacen los monos chicos; y sus demás subordinados siguieron el ejemplo para no autorizar la publicación de la información.
¡Y cómo creen que lo iba a hacer!, si al mes, el paladín de la transparencia, ganaba 84 mil 6663.36 pesos.
Pero este dinerito no era suficiente, y él seguía llenando el cochinito con ingresos de actividades empresariales ganando más de 6 millones de pesos ¿qué tal?
Pero esto no es todo, el señorito también le gustaba ser un buen amigo, y básicamente le otorgaba a sus cuates más cuates, revisar las cuentas públicas de los 217 ayuntamientos con honorarios que superaban el millón de pesos.
Escándalo, es un escándalo
El 26 de octubre de 2021 el escándalo llamó a su puerta, los señores justicia de San Andrés Cholula acudió a La Vista, residencia del humilde auditor, para auxiliar a la esposa de éste quien era maltratada por el ex funcionario, y que, además, se encontraba en estado de ebriedad.
Con tremendo pistolón, amagó a su esposa, pero ella se refugió en su casa con su hijo y la nana para después ser rescatada por los guardias de seguridad; por lo que se abrió la carpeta de investigación por parte de la Fiscalía General del Estado.
Un coscorrón, el inicio de su caída
A principios de noviembre la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), emitió una recomendación al gobernador Miguel Barbosa, y al titular de la ASE, Francisco Romero, para emitir una disculpa pública y otorgar una compensación económica a Jorge Aguilar Chedraui, por violentar sus derechos a la presunciòn de inocencia y dignidad; pero el auditor fue el único que atendió la advertencia.
El resultado: la putrefacción de su cargo, quien en entrevista aseguraba: "teníamos el deber de aceptarlo, pienso que es represalia por ese tema en el sentido de que hubo quien no la aceptó, yo sí la acepté", señaló casi a finales de noviembre de 2021.
Las cartas ya estaban echadas, y Romero Serrano solo esperaba la estocada final por la decisión que había tomado, aun cuando el propio gobernador había rechazado el exhorto de manera pública.
El cachetadón
A principios de diciembre de 2021 recibió tremendo cachetadón al estilo Will Smith, y ese vino desde Casa Aguayo, pues las reformas a los artículos 2, 57, 113 y 125 de la Constitución Política de Puebla (enviada por el gobernador) y aprobada por unanimidad, ya iba con dedicatoria: “te voy a vigilar, evaluar tu desempeño, elevar los rangos de exigencia en tu actuación, reestructurar en la organización de la ASE y hasta sancionarlo”, por si se salía del huacal.
¿Comportamiento ejemplar?
Dos meses después de su escándalo -y seguimos en diciembre- una jueza libró una orden de aprehensión en contra de Romero Serrano, a lo que el gobernador se dijo “preocupado”, al tiempo de advertir que en Puebla no hay impunidad y todos los hechos o trasgresiones se investigan, advirtiendo que todos los servidores públicos deben tener un comportamiento ejemplar, cuidadoso y austero, ¡ja! justo cuando el escándalo ya había escalado, al parecer sería una navidad muuuuy cruda para el ex funcionario.
Falso de toda falsedad, decía
El 24 de diciembre no todo era noche de paz ni de amor, Josseline Zurita, dio la cara acompañada y tomada de la mano con Francisco Romero, negó haber sido víctima de violencia familiar, maltrato físico y psicológico, además de asegurar que jamás denunció a su pareja, jurando y perjurando que era un hombre con muchos valores y comprometido con su familia.
Las patadas de ahogado eran evidentes y no dudó en asegurar que esas “falsas acusaciones” eran una guerra sucia en su contra y todo lo que se comentó eran exageraciones porque “esas cosas no ocurren en su hogar”, pero a veces el alcohol hace estragos en la memoria de quienes les encanta empinar el vaso.
Patitas pa´ que las quiero
No contento con un video, Romero Serrano sintió lo que en su momento sintió José Juan, solo que él no podía reclamar a nadie y menos llamarlo “culero”, así que optó la vía desesperada, irse a las instancias federales para ampararse ante cualquier orden de aprehensión.
La tramitó un día antes de su mensaje, pero esta suspensión provisional no era gratis ¡no señores!, pues le impusieron como obligación el depósito de 30 mil pesos y comparecer ante la juez, haciéndola efectiva en enero de 2022.
Preparando la guillotina
En febrero, mientras Romero Serrano daba sus últimas bocanadas de aire, el Congreso ya comenzaba a echar la maquinaria para destituirlo a través de la aprobación de reformas para dar pie a la creación de una nueva Comisión de Control, Vigilancia y Evaluación de la ASE, y darle facultades para remover al auditor.
Al mismo tiempo, un juez de control decidió levantarle el dedo de en medio a Francisco Romero y ordenó su suspensión como titular de la ASE, derivado por la investigación que había en su contra por violencia familiar.
Y se marchó, y a su barco le llamó libertad
Finalmente, la maldición le cayó como balde de agua fría, y el viernes 25 de febrero fue detenido en La Vista acusado por el uso de recursos de procedencia ilícita, presentada por la Unidad de Inteligencia Financiera, un hecho del que se deslindó el gobierno del Estado.
Y fue así que después de buscar por ocho años el puesto, pues al final no le supo ni a melón, al menos pasará a la historia como uno de los auditores que fue a dar a la cárcel por no saber hacer su chamba y optar por los escándalos.
El último clavo al ataúd
Con 36 votos a favor y tres abstenciones, las y los diputados de la LXI Legislatura aprobaron la remoción de Francisco Romero Serrano como titular de la Auditoría Superior del Estado de Puebla, lo que permite al Congreso del Estado iniciar con el proceso para seleccionar un nuevo titular del organismo de fiscalización.
En sesión extraordinaria, se puso a consideración del Pleno el dictamen que aprobó la Comisión de Control, Vigilancia y Evaluación que preside la diputada Olga Lucía Romero Garci - Crespo, quien aseguró que el Congreso del Estado ejerció su facultad de remover al titular de la ASE, luego de atender dos solicitudes en las que se pidió su destitución por faltas graves.
Durante su intervención, la diputada recordó que el hoy ex auditor enfrenta un proceso de carácter penal que le impide ejercer física y jurídicamente sus funciones de fiscalización, por lo que resultó necesario aprobar su remoción.
Al respecto, la diputada Mónica Rodríguez Della Vecchia recordó que en la pasada Legislatura votó en abstención su nombramiento y confió que el proceso para elegir a una nueva persona titular del organismo de fiscalización sea transparente y apegado a la legalidad.
En ese mismo sentido se pronunció el diputado Oswaldo Jiménez López, quien anunció su voto a favor de la remoción con el argumento de que es la decisión que privilegia el bien posible para dar certeza jurídica a los sujetos obligados que deben rendir cuentas ante la ASE.
Habemus encargado de despacho
Por unanimidad de votos, la Comisión Permanente del Congreso del Estado aprobó la designación de Rubén de la Fuente Vélez como encargado de despacho de la Auditoría Superior del Estado de Puebla, hasta que el Poder Legislativo nombre a un nuevo titular de este organismo de fiscalización.
