Febrero es el mes del amor y el cortejo, de la galantería. Febrero, el mes del coqueteó y la seducción. Febrero, el mes de entretejer historias de corto aliento.
Sin lugar a dudas, la pareja, como la familia, es un pilar fundamental en la vida de nuestros actores políticos. Incluso, llegan a ser los confidentes o guardianes de los secretos y demás menesteres de nuestra clase política.
El mejor ejemplo, lo vivimos hace un par de meses; los protagonistas, Elena Chávez y César Yáñez, el otrora más cercano al líder de todos los mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, una especie de “Pepe Grillo”.
Estuvieron casados por cerca de quince años.
De acuerdo a la autora de “El Rey del Cash”, ambos se conocieron cuando ella trabajaba como reportera y cubría el PRD; en tanto, Yáñez trabajaba para el entonces presidente del PRD, Porfirio Muñoz Ledo.
En 2015, Elena Chávez y César Yánez dieron fin a su matrimonio.
En octubre de 2018, César Yáñez contrajo matrimonio con la política y empresaria Dulce María Silva, quien actualmente es diputada federal por Morena.
La boda estuvo en medio de la polémica, pues fue portada de la revista ¡Hola!, y provocó una ola de críticas; incluso, la nombraron como la “boda fifí”, fue calificada como una falta de congruencia por el discurso de austeridad que pregona el líder supremo.
Rosario Orozco Caballero y Miguel Barbosa protagonizaron una de las parejas mas estables de la escena política.
Estuvieron casados por 35 años y fruto de esa relación tuvieron dos hijos, María del Rosario y Miguel.
“Charito”, como la conocen de cariño, se convirtió, en el último lustro, en una figura clave en la vida del ex gobernador, fue su mejor confidente y quien le aconsejaba en los momentos difíciles; siempre tuvo hacia ella palabras de agradecimiento y cariño. Además, Miguel Barbosa dio testimonio, en más de una ocasión, del buen sazón de su esposa Rosario Orozco.
Hoy, la muerte los distanció.
Cupido flechó a Andrés Manuel López Obrador y Beatriz Gutiérrez Müller a principios del 2004. Nuestra cabecita de algodón entraba a la recta final de su administración como jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal y estaba sin pareja, enviudo.
Su esposa, Rocío Beltrán Medina murió un 12 de enero de 2003, a los 46 años, a consecuencia de un padecimiento en el sistema inmunológico. Estuvieron casados por cerca de 24 años; de esta relación tuvieron tres hijos: José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo.
Fue el escritor José María Pérez Garay el que presentó al hijo favorito de Macuspana con la investigadora poblana, pues recomendó a la comunicóloga de profesión para que se incorporara a la administración capitalina; no obstante, su participación en el gobierno generó conflictos.
La consolidación de la relación AMLO-Müller no fue tarea sencilla, puesto que comenzaron a señalar a la entonces funcionaria por tener una relación con su jefe, razón por la cual en un primer momento se tuvo que mudar de oficina, además de incorporarse al equipo de asesores y tiempo después renunció debido a un escándalo de altos sueldos al personal cercano a López Obrador.
Fue hasta la campaña presidencial de 2006 cuando, mediante la revista Quien, la doctora habló por primera vez de su relación con el político y, desde entonces, ya rechazaba la idea de ostentar el título de primera dama.
“El papel de primera...debe ser marginal. No por falta de capacidad o poca inteligencia, sino porque la persona elegida es el señor, no la señora”
Como sabemos, López Obrador no ganó el proceso electoral de dicho año; protestó e hizo berrinche, pero no trascendió, conforme avanzaron los meses optó por casarse en el mes de octubre y seis meses después nació Jesús Ernesto, el primer hijo de la académica y el actual inquilino de Palacio Nacional.
Recordemos.
El matrimonio ha sido sumamente reservado con la información que presenta ante la opinión pública; sin embargo, en un primer momento se dijo que los tres hijos mayores de López Obrador no estaban de acuerdo con su nueva unión, debido a que había pasado poco tiempo de la muerte de su madre; sin embargo, eso no pasó a mayores, hoy presumen una familia cercana.
La privacidad ha sido una de las principales banderas de la relación; no obstante, la doctora Gutiérrez Müller ha sido una compañera de batallas del mandatario, tanto así que, tras darse a conocer el triunfo de López Obrador en 2018, presentó la canción “Hoy despierto”, en referencia a la lucha política del mandatario.
No ha sido su único apoyo, pues, aunque renunció al nombramiento de primera dama, la doctora ha suplido a Andrés Manuel López Obrador en eventos internacionales en los Estados Unidos, Argentina y Colombia, por mencionar algunos.
Marcelo Ebrard está casado con la diplomática hondureña Rosalinda Bueso desde hace más de una década.
La historia de amor de esta pareja comenzó en 2010, seis meses antes de que contrajeran matrimonio.
Se conocieron en el ámbito de la política ya que al momento en que comenzaron su relación sentimental él era jefe de gobierno del entonces llamado Distrito Federal y ella era embajadora de Honduras en México.
En junio de 2009, Bueso enfrentó una difícil situación. En aquellos días se le negó la entrada a la embajada, debido a que era parte de la administración de José Manuel Zelaya Rosales, quien fue expulsado de Honduras tras el golpe de estado de Roberto Micheletti.
Finalmente, el gobierno mexicano la reconoció como diplomática acreditada en el país, por lo cual recuperó su cargo. La intervención de Ebrard fue clave para que Bueso fuera restituida como embajadora.
Entre las pocas declaraciones públicas respecto a su relación está la que dio Ebrard a la revista Quién dos meses antes de la boda. En entrevista, el actual canciller se confesó.
“Es una mujer lindísima, es un encanto. Con ella me sentí en paz, nos reímos mucho y ahora estamos muy a gusto”, dijo un sonriente ex jefe de Gobierno
Lo que se sabe del enlace que se celebró poco después, en 2011, es que se trató de una discreta ceremonia con tan solo 35 invitados, en la que ella lució un vestido Dior con estampado floral.
Dos años después de su enlace matrimonial, allá en el 2013, el titular de la SRE y la ex embajadora se convirtieron en padres de los mellizos Ivanna y Julián.
La pareja mantuvo en la privacidad su relación por años; sin embargo, en los últimos meses, el canciller comparte algunas fotografías junto a su esposa en redes sociales; incluso, realiza más apariciones públicas con ella.
El amor, las intenciones y el interés está en el aire; la carrera por la presidencia ya comienza a picarle los pies a los suspirantes y sus planes empiezan a marchar utilizando todos los medios posibles para ganarse el corazoncito de los mexicanos.
Una de ellas es Claudia Sheinbaum, y si antes la veíamos con una gran sonrisa por ser la favorita del profesor López Obrador, esa expresión se ha ampliado -igual que sus memes- porque ya le dio otra oportunidad al amorts.
Al parecer su alma gemela regresó para vivir este cuento de hadas y escribir una política rosa. Fue el pasado 23 de noviembre que la jefa de Gobierno dio la “exclusiva” en el programa de Martha Debayle gritando a los cuatro vientos su compromiso con su pareja Jesús María Tarriba, quien se desempeña como analista de riesgos económicos en el Banco de México.
Si señores, la relación que tuvieron Claudia Sheinbaum y Jesús María ya tiene sus ayeres, justo cuando eran unos mozuelos universitarios e inexpertos.
Obviamente ese amor se pospuso cuando se separaron y cada quien tomó su propio camino. Los dos se casaron, los dos se divorciaron; ella decidió poner fin a su matrimonio con Carlos Imaz Gispert tras verse envuelto en un escándalo político, específicamente de las lanas que recibió junto con Carlos Ahumada para financiar campañas políticas.
Por su parte, Tarriba, quien también le puso fin a su matrimonio, meses más tarde buscaría a su amor a través de las redes, ¡y no señores, no era Tinder!, sino Facebook, y ahí comenzó todo.
Dicen los enamorados que el ponerse en contacto reavivó el amor que se tenían, tan es así que Tarriba, quien en ese momento residía en España, decidió regresar a tierras mexicanas para buscar a Sheinbaum.
Después de seis años juntos, la jefa de Gobierno no pudo aguantarse las ganas de gritar a los cuatro vientos que le daba el sí a un segundo aire y las campanas de la marcha nupcial ya estaban listas para anunciar el próximo enlace entre estos dos tortolitos.