El “día más triste del año”, también denominado blue monday, toma lugar el 20 de enero de este 2025, no existe; es en realidad un hecho pseudocientífico o, en todo caso, un concepto de mercadotecnia.

Pero, de qué se trata. 

Señalado como el tercer lunes de enero, el blue monday se asocia al contexto propio de esta temporada: el término de las fiestas decembrinas, la cuesta de enero y, en esta ocasión, el panorama político por un nuevo gobierno.

Su creación fue el resultado de una fórmula matemática, que intenta deducir uno de los días más afligidos de los 365 que conforman al año.

Una vez que concluyen las festividades de diciembre y las reuniones sociales, para muchas personas este mes es un periodo de autocrítica y evaluación, o de reflexión y melancolía, pero sin llegar a una situación patológica.

Todo el tiempo experimentamos tristeza y ansiedad, sin devenir en enfermedad, y como seres sociales no debemos esperar que haya un día específico para deprimirnos. Las condiciones en las que sentimos alegría, desconsuelo o cualquier otra emoción, dependen de variables ambientales que cambian de acuerdo con las circunstancias, la edad y el género, entre otros factores.

Recordemos

El “blue monday” se originó como base de una campaña para aumentar las ventas de viajes. En 2005, la empresa Sky Travel intentó buscar una forma de incrementar sus puntos de venta utilizando una ecuación desarrollada por el investigador inglés Cliff Arnall, que considera parámetros como el clima (frío) y las deudas originadas por las fiestas de fin de año, para obtener el “día más triste del año”.

El problema es que algunos sectores de la población pueden ser susceptibles a sugestionarse. Así sucede en Japón, en donde se ha incrementado el número de suicidios en ese día en particular entre la población joven, que usa las redes sociales incluso más que en México.

En México no hay cifras sobre cuántas personas acuden a terapia psicológica en relación con el “día más triste del año”, o si hay uno en el que se registren más suicidios, pero lo recomendable es verificar la información que se recibe, porque no toda es cierta.

Si alguien está deprimido, experimenta sensaciones de soledad, desesperación o tristeza, no debe guiarse por las publicaciones de las redes sociales, ni esperar el tercer lunes de enero para quitarse la vida. Si se tienen esos pensamientos, es necesario buscar información, preguntar a los profesores o a un experto, acudir a grupos de terapia o a instituciones especializadas.

Realidad económica

Este mes, lo que sí es real es la “cuesta de enero”, un nuevo panorama político en el país. La primera afecta al 70 por ciento de los mexicanos e implica reducciones importantes de consumo, y el segundo se caracteriza por una forma diferente de hacer política, lo que trae como consecuencia incertidumbre e inquietud.